La lasaña es uno de esos platos que evocan hogar, calidez y tradición. Hoy te enseñaré a prepararla como lo haría una "nonna" italiana del siglo XX, sin prisas, con ingredientes de calidad y mucho cariño. Siguiendo esta receta, lograrás una lasaña espectacular, con una salsa boloñesa cocinada a fuego lento, una bechamel suave y cremosa, y pasta casera hecha a mano. Así que ponte el delantal y prepárate para cocinar una auténtica lasaña de ensueño.
Ingredientes
Para la salsa boloñesa:
250 g de carne de ternera picada gruesa
250 g de panceta de cerdo
1 zanahoria
1 cebolla
1 tallo de apio
1 vaso de vino tinto o blanco
500 g de tomates pelados (pueden ser enlatados)
50 ml de leche
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra molida
Para la pasta:
200 g de harina de todo uso
2 huevos grandes
1 pizca de sal
1 chorro de aceite de oliva
Para la bechamel:
50 g de mantequilla
50 g de harina
500 ml de leche fría
1 pizca de nuez moscada
Sal y pimienta negra molida
Para el montaje:
Queso Parmigiano Reggiano rallado
Mantequilla para untar el molde
Paso 1: Preparación de la Salsa Boloñesa
Comenzamos preparando el ragú. Cortamos la panceta de cerdo en pequeños cuadrados, retirando la piel. La ponemos en una sartén a fuego medio para que se dore lentamente. Mientras tanto, cortamos la cebolla, la zanahoria y el apio en pequeños cubos. Cuando la panceta esté dorada, agregamos un chorro de aceite de oliva y las verduras, junto con una pizca de sal. Cocinamos a fuego medio hasta que se ablanden y suelten su jugo.
Mientras se cocinan las verduras, picamos la carne de ternera a mano para obtener una textura gruesa, aunque también se puede utilizar carne picada gruesa de carnicería. Cuando las verduras estén listas, agregamos la carne y subimos el fuego a medio-alto. Removemos bien y esperamos a que cambie de color.
Una vez que la carne esté dorada, vertemos el vino tinto o blanco y cocinamos hasta que el alcohol se evapore (aproximadamente 5 minutos). Luego, incorporamos los tomates pelados junto con su jugo. Llevamos a ebullición, reducimos el fuego a bajo y tapamos la sartén dejando un pequeño hueco para que salga el vapor. Cocemos la salsa durante al menos 3 horas, removiendo ocasionalmente y agregando agua o caldo si es necesario. Hacia el final de la cocción, añadimos la leche para equilibrar la acidez y rectificamos la sal y la pimienta.
Paso 2: Preparación de la Pasta Casera
En un bol, tamizamos la harina y agregamos una pizca de sal. Hacemos un hueco en el centro y cascamos los huevos, añadiendo también un chorro de aceite de oliva. Mezclamos con un tenedor y luego amasamos hasta formar una bola homogénea. Cubrimos con film transparente y dejamos reposar 20 minutos.
Tras el reposo, estiramos la masa con un rodillo hasta que quede fina y ligeramente transparente. Si tenemos máquina para pasta, la pasamos hasta obtener un grosor adecuado. Cortamos en láminas de aproximadamente 10x12 cm. Hervimos la pasta en abundante agua con sal durante 1 minuto, la enfriamos en agua fría y la dejamos secar sobre un paño limpio.
Paso 3: Preparación de la Bechamel
En una cacerola, derretimos la mantequilla a fuego medio. Añadimos la harina y removemos constantemente durante 2-3 minutos para eliminar el sabor a crudo. Luego, vertemos la leche fría poco a poco, removiendo con un batidor de varillas para evitar grumos. Subimos el fuego hasta que hierva y luego lo reducimos a medio, cocinando 2-3 minutos más hasta que espese. Condimentamos con nuez moscada, sal y pimienta. Tapamos con film transparente para evitar que se forme una costra.
Paso 4: Montaje de la Lasaña
Precalentamos el horno a 180ºC. Untamos un molde con mantequilla y cubrimos el fondo con una capa fina de bechamel. Luego, colocamos una capa de pasta, una capa de ragú y una capa de bechamel, espolvoreando queso Parmigiano. Repetimos este proceso hasta agotar los ingredientes, terminando con una capa generosa de queso rallado.
Horneamos la lasaña durante 45 minutos, activando el grill en los últimos 5 minutos para que la superficie quede dorada y crujiente. Dejamos reposar la lasaña de 10 a 15 minutos antes de servir.
Resultado Final
Al cortar la lasaña, notaremos su textura perfecta: la pasta suave y firme, la salsa con un sabor profundo y equilibrado, la bechamel cremosa y el queso gratinado aportando el toque final. Este proceso, aunque laborioso, garantiza una experiencia culinaria incomparable.
¡A Disfrutar!
Espero que te animes a probar esta receta de lasaña casera. Si te ha gustado, compártela con tus amigos y cuéntame en los comentarios si sueles hacer lasaña en casa o si probarás esta versión tradicional. ¡Buen provecho y hasta la próxima!